República Dominicana es el país de los pendientes. El sistema de salud avanza de espalda a la población. Tengas seguro médico o carezcas de carnet, eres un número que genera y significa ingresos. Si no hay depósito en la madrugada, no se recibe un paciente. Las historias deprimen.
Es un negocio tan refulgente que las infraestructuras de salud de endoso privado, se extienden -en pocos años- por todas las cuadras posibles. ¿Y el gobierno? ¡Bien gracias! Le presta 2 mil millones de pesos ¨para aumentar sus capacidades¨.
Además, hay varios pactos pendientes de firmar en lo que el sector político se entretiene con asomo de reelección. Y seguimos arrinconando un tema serio, de salud pública, de dignidad: la violencia que afecta a las mujeres.
Hace pocos días, un hombre hirió de gravedad a Estela Peña Martínez, colaboradora de un centro académico de Santiago. Pendiente de la hora de entrada de la mujer de 32 años, le disparó y luego se suicidó. El hombre la había sentenciado: ¡O es mía o de nadie!
Otra mujer, camino a la fábrica donde construye sueños de progreso, fue herida por su expareja y salvada por compañeros de línea. Todavía el sol no asomaba cuando ambas mujeres se alistaban para avanzar al lugar donde fueron emboscadas por los agresores. No les perdonan que sean dueñas de su presente y estén en ruta a rehacer sus vidas.
En Yamasá, Monte Plata, Roberto Jiménez de la Cruz hirió a machetazos a su expareja, exsuegra y a su hijastra. El relato noticioso da cuenta de que el agresor tenía un año de estar separado de Alicia Magallanes, de 32, pero insistía en retomar la relación. Si te niegas, es morir lo que te toca.
Una amiga, recién divorciada es prisionera de miedo porque su expareja la persigue junto a sus hijas. Y, demanda propiedades donde él nunca puso nada. República Dominicana es el país de los pendientes. A las mujeres les debemos equidad social y económica, y lo más importante, la seguridad de vivir en paz. Y respirar con la certeza de que la ruptura no signifique una condena de muerte.
Para comunicarse con la autora: sonriete_gris@hotmail.com
